Quilmes, 11 de septiembre de 2012
Queridos
hermanos y hermanas docentes:
Hoy quiero acercarme a ustedes para saludarlos y agradecerles por la tarea que llevan adelante cada día, colaborando con la función educadora de la familia.
Hago presente estas palabras que el Santo Padre recordó en una ocasión: "educar nunca ha sido fácil y hoy parece ser cada vez más difícil"; esto lleva a bastantes padres y profesores a "renunciar a su propia tarea, y no consiguen ni siquiera comprender cuál es realmente la misión que se les ha confiado. En nuestra sociedad y en nuestra cultura circulan demasiadas incertidumbres y dudas (...)". Sin embargo, aseguró, "nos sentimos sostenidos" por la esperanza y la confianza; "también en nuestro tiempo es posible educar al bien; (...) y cada uno está llamado a aportar su contribución". (Benedicto XVI – Roma 2008).
Son ustedes los que acompañan el crecimiento de los niños y jóvenes de nuestras comunidades educativas, les pido que no se desalienten, que continúen creyendo que en ellos plasman el futuro de nuestra sociedad.
Recuerden siempre de sembrar en ellos los valores cristianos del Bien, la Verdad y el Amor, así crecerán en la certeza que un mundo mejor es posible.
Que María, Sede de la Sabiduría, acompañe e ilumine la misión a la que fueron llamados por Dios.
Hoy quiero acercarme a ustedes para saludarlos y agradecerles por la tarea que llevan adelante cada día, colaborando con la función educadora de la familia.
Hago presente estas palabras que el Santo Padre recordó en una ocasión: "educar nunca ha sido fácil y hoy parece ser cada vez más difícil"; esto lleva a bastantes padres y profesores a "renunciar a su propia tarea, y no consiguen ni siquiera comprender cuál es realmente la misión que se les ha confiado. En nuestra sociedad y en nuestra cultura circulan demasiadas incertidumbres y dudas (...)". Sin embargo, aseguró, "nos sentimos sostenidos" por la esperanza y la confianza; "también en nuestro tiempo es posible educar al bien; (...) y cada uno está llamado a aportar su contribución". (Benedicto XVI – Roma 2008).
Son ustedes los que acompañan el crecimiento de los niños y jóvenes de nuestras comunidades educativas, les pido que no se desalienten, que continúen creyendo que en ellos plasman el futuro de nuestra sociedad.
Recuerden siempre de sembrar en ellos los valores cristianos del Bien, la Verdad y el Amor, así crecerán en la certeza que un mundo mejor es posible.
Que María, Sede de la Sabiduría, acompañe e ilumine la misión a la que fueron llamados por Dios.
+ Carlos José Tissera
Padre Obispo de Quilmes
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En el transcurso de la semana le responderemos. Dios y María Santísima le concedan paz y esté bien.