miércoles, 20 de abril de 2016

LA ALEGRÍA DEL AMOR - Reflexión sobre la Exhortación Apostólica del Papa Francisco

SOBRE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA PASTORAL AMORIS LAETITIA (LA ALEGRÍA DEL AMOR)
Pbro. Daniel Viera • Asesor del Secretariado para la Familia de la Diócesis de Quilmes

El papa Francisco nos ha vuelto a sorprender con el anuncio de una noticia verdaderamente buena, bella y esperanzadora.
Con el don Pastoral que posee ha sabido iluminar el camino de la Iglesia, del Pueblo de Dios en marcha y de quienes tienen la responsabilidad de acompañar más cercanamente a este pueblo, sus pastores. Con esta exhortación apostólica pastoral, Amoris laetitia (La alegría del amor), muy en línea con el lenguaje y la propuesta de Evangelii gaudium –la primera exhortación apostólica escrita por el papa Francisco publicada en 2013– ha reafirmado un modo de dirigirse, de hablarnos con lenguaje renovado, es decir cercano, directo a la vida, pero significativamente alentador, con palabras llenas de gracia y de verdad.
La lectura pastoral que el Papa realiza de la situación de las familias en el mundo orientará de aquí en más la búsqueda y la profundización doctrinal, moral y espiritual que los pastores y las propias familias realizan en el caminar cotidiano de sus vidas. Es decir, el papa Francisco insiste en poner las cosas en su lugar; la Iglesia es un pueblo pastoral, una comunidad que marcha, y los pastores deben conversar, dialogar en medio del pueblo, fraternalmente, con la realidad concreta que viven, descubriendo en ella el paso providencial de Dios. Un lugar donde Dios se revela es el caminar de las familias, lugar y fuente de alegría y amor fecundo. El Papa, en el artículo número 31 de la exhortación, señala que la propuesta pastoral de este documento se dirige entonces a que el Espíritu Santo pueda guiarnos solo desde y a través de la realidad concreta recibida, conocida, discernida e integrada.
Es valiosísimo todo el desarrollo que hace el Papa sobre el amor humano compartido en la pareja matrimonial en los capítulos cuarto y quinto. Hay allí un recorrido pedagógico-pastoral para asimilar y comprender el llamado a madurar con el otro a lo largo de la vida. Se suman a esto el protagonismo de padres e hijos en la constitución de la familia como comunidad de vida.
Finalmente, en los últimos capítulos, especialmente el dedicado al discernimiento de la vida de la gracia en las situaciones matrimoniales necesitadas de misericordia, integración e inclusión, Francisco compromete a los pastores a ejercitar el discernimiento y a acompañar a todos los que buscan con esperanza, acercarse a Dios, por esto reitera y casi ruega: “Se debe integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia «inmerecida, incondicional y gratuita»” (nro. 297).
Francisco nos ha invitado en nombre de Dios a pasar por la puerta de la misericordia en este año Jubilar, esta exhortación apostólica pastoral nos da la posibilidad de hacer visible esa misericordia que hemos recibido, con actitudes y opciones pastorales que inviten a otros a vivir este Evangelio.

Quilmes, 20 de abril de 2016