martes, 13 de septiembre de 2011

Vida Religiosa después del 11 de septiembre ¿Qué signos ofrecemos?

En el año 2004, en el Congreso Mundial sobre Vida Consagrada, el dominico Timothy Radclife ofreció una conferencia titulada “Vida Religiosa después del 11 de septiembre. ¿Qué signos ofrecemos?”.

Sus palabras pueden ayudarnos a pensar nuestra misión cristiana después de los debates que vemos sobre los acontecimientos sucedidos el 11/09/2001.

La conferencia completa del hermano dominico pueden verla en http://www.dominicos.org/op/timothy7.htm 

Aquí sólo ofrecemos unos párrafos que nos parecen iluminadores:

- "En mi juventud todavía vivíamos en un fundamental optimismo. Había una confianza compartida en el progreso de la humanidad. Para unos era moverse hacia el paraíso del capitalismo y para otros era moverse hacia el paraíso del comunismo. Pero el Este y el Oeste, la derecha y la izquierda, compartían la creencia de que había una gran historia que contar y que la humanidad iba caminando a un mundo mejor. Esta confianza en el futuro empezó a erosionarse después de la caída del muro de Berlín y se ha ido repitiendo desde entonces, la historia terminó. La caída del comunismo fue proclamada como la llegada de la humanidad a su destino. El futuro estaba aquí y se parecía a EE.UU. Tuvimos el nacimiento de la Generación del “Ahora”, que dejó de soñar con el futuro. También había una creciente desesperanza para los que estaban fuera del sueño capitalista. Las desigualdades en el mundo fueron escalonándose. Continentes enteros, especialmente África, fueron encerrados en una pobreza más allá de cualquier solución posible".




- El 11 de setiembre de 2001 entramos en un tercer momento, en donde hay otra vez una historia que contar sobre el futuro, pero es una historia sin ninguna promesa, nada más que la de la violencia. Para algunos es la guerra contra el terrorismo, y para otros la de jithad contra la corrupción de Occidente. Esta es una historia con la que nadie puede vivir tranquilo en su casa. ¿Qué signo de casa humanitaria puede ofrecer la vida religiosa?

- Primero de todo, lo que no tenemos que hacer es ofrecer una historia alternativa del futuro. El siglo XX estuvo crucificado por aquellos que afirmaron conocer el camino hacia donde caminaba la humanidad. Millones de personas murieron en los gulags soviéticos, asesinados por aquellos que decían conocer hacia dónde iba la humanidad. Lo mismo pasó en Auschwitz porque los nazis tenían la clave del futuro racial. Paul Pot degolló a una tercera parte de los Camboyanos porque él sabía qué historias se deben contar en el futuro. También la imposición por el capitalismo de su mapa de carreteras empobreció a millones. Tenemos derecho de sospechar de los que afirman conocer el gran diseño del mundo.

- La historia fundante del Cristianismo es que nos ofrece una casa en el tiempo pero sin decirnos cuál es la historia del futuro. No hay duda de que los discípulos fueron a Jerusalén convencidos de lo que iba a pasar: Jesús se revelaría como Mesías, a los romanos los echarían fuera de Tierra Santa o de donde fuese. Era lo que pensaban los discípulos de Emaús y lo que le dijeron a Jesús: “Teníamos esperanzas de que era él el que redimiría Israel.” Cualquier historia que contaron se colapsó: Judas había vendido a Jesús, Pedro estaba a punto de traicionarle, los otros apóstoles echaron a correr muertos de miedo. Enfrentados con su pasión y su muerte no tenían historia que contar. Y en este momento en que esta frágil comunidad se venía abajo, Jesús tomó el pan, lo bendijo y se lo dio diciendo: “Este es mi cuerpo, entregado por ustedes.”

- La paradoja del Cristianismo es que ofrece un hogar pero sin contar una historia del futuro. No tenemos el mapa de la carretera. No podemos abrir el Apocalipsis y decir: “Hola amigos, ya han pasado cinco plagas y nos queda otra.”Creemos que estamos de camino al Reino, en donde la muerte morirá y las heridas sanarán, pero no tenemos ni idea de cómo llegar ahí.

- Después del 11 de setiembre, cuando algunos están seducidos con la Generación de Ahora, y otros cuentan cuentos con promesas sólo de violencias, nosotros tenemos Buenas Noticias. Tenemos la esperanza que no está anclada en ninguna historia particular del futuro. Jesús encarnó esta esperanza en un signo, el pan roto y compartido y una copa de vino bebida juntos.

- Nuestra vida sólo será un signo si la vivimos con alegría. Entonces nos verán vivir a gusto en esta inseguridad, como en casa, y tranquilos de no saber el modelo y las historias de nuestra vida. Podemos descansar felizmente en la confianza de que nuestras vidas encontraran un sentido, aunque a lo mejor a veces no lo veamos, pero ahora sabemos lo que es, es Dios.

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