Quilmes, 21 de diciembre de 2017
“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”
(Jn. 1, 14)
Hermanas y hermanos de la Diócesis de Quilmes:
¡Alegría y paz en el Señor!
Navidad es el gran milagro del amor misericordioso de Dios que viene a nuestro encuentro. Dios se hace Niño en Belén. Se hace carne nuestra. Nace pobre en un pesebre, rodeado de animales y acunado por el cálido y tierno amor de María y José.
Él se hace el Emanuel, Dios con nosotros, para poder verlo, oírlo, tocarlo, abrazarlo y besarlo, como se recibe al amigo más querido que viene a visitarnos.
Navidad es descubrir a Jesús en cada pobre y sufriente, en cada ser humano despreciado y maltratado. Esta Navidad nos hace solidarios con los nuevos pobres de Argentina, las mujeres y hombres jubilados, tan maltratados por esta sociedad consumista que nos va deshumanizando, y que el Estado ha desprotegido.
Navidad es tiempo de acercamiento, de sabernos mirar a los ojos y reconocernos hermanos. Navidad es tiempo de amar, soñar y compartir. Navidad es tiempo de reconciliación y perdón. Tiempo para sanar las heridas y restaurar los vínculos.
Navidad es tiempo para valorar la vida nuestra y la del que está a nuestro lado. Es fiesta familiar.
Navidad es el misterio de Dios que abraza nuestro corazón con la ternura de un Niño y nos hace niños para decir sencillamente: ¡GRACIAS! Porque descubrimos que todo, todo es un gran Regalo. Navidad es Dios que se hace otro a mi lado, que se hace prójimo, para que lo ame y lo sirva. Desde que Dios se hizo hombre, siempre es posible amar. La sencillez del Niño envuelto en pañales, nos comunica la fuerza arrolladora del amor de Dios que nos anima a construir un mundo más justo y fraterno, y que nos mantiene siempre alegres en la esperanza.
Con estos sentimientos, contemplando la Sagrada Familia de Jesús, María y José, les decimos:
¡FELIZ NAVIDAD!
Padres Obispos Maxi y Carlos